Todo fue rápido. Los dos delincuentes, uno de 19 años y otro de 17, le robaron su moto Yamaha. Entonces, él y un grupo de amigos decidieron perseguir en auto a los sospechosos. Fue una carrera de diez cuadras hasta que el ladrón que conducía el vehículo perdió el control. La víctima del robo recuperó su moto, pero ante de irse le pegó una patada en la cabeza al asaltante que, se presume, ya estaba muerto, tendido en la vereda.