Gastón Gaudio tiene por delante el mayor desafío desde que fue designado como capitán del equipo argentino de Copa Davis, en julio de 2018. Colombia, en los 2600 metros sobre el nivel del mar de Bogotá, es un obstáculo con dificultades. Por el contexto geográfico (la altura afecta el alto rendimiento) y las condiciones periféricas (pelotas despresurizadas), por la ausencia de la mejor raqueta albiceleste del ranking (Diego Schwartzman, lesionado) y la incertidumbre sobre la segunda mejor opción (Guido Pella, con molestias físicas), y por el peso que tendrá un resultado u el otro en la tesorería de la Asociación Argentina de Tenis, la serie frente al equipo cafetero, el 6 y 7 de marzo en el polvo de ladrillo y bajo techo del Palacio de los Deportes bogotano, se presenta con espinas y mucho valor. No es lo mismo lograr un pasaje para las Finales de la Copa Davis en Madrid que trastabillar en la clasificación, claro. A diferencia de 2019, la Argentina no será invitada directamente para la etapa final de la competencia y ser parte de los 18 países que competirán en noviembre en la Caja Mágica es un privilegio con beneficios deportivos y económicos (la AAT continúa siendo “Copa Davis dependiente” y su presupuesto depende, en buena medida, de los ingresos que recibe por su tarea en ese certamen).

